La historia nos muestra con frecuencia y claridad la importancia de que haya buenos líderes para guiar a las sociedades, particularmente en momentos de especial complejidad, y de las consecuencias de su ausencia o de su falta de calidad. El futuro de las sociedades no está escrito, y que sea bueno o malo depende en buena medida de la calidad de sus líderes. Por eso es fundamental tomarse en serio la identificación y formación de líderes. El problema es que parece existir un consenso acerca de la carencia de líderes capaces y comprometidos verdaderamente con el bien común. Ante esta tesitura, parece difícil vislumbrar una transición suave desde la época actual hacia la nueva que está todavía por llegar. Las razones de esta crisis son múltiples y complejas,
Para nosotros, el líder auténtico tiene algunas características esenciales:
A estas características esenciales, se unen otras que con frecuencia se encuentran en los líderes y en sus colaboradores más cercanos: